domingo, 16 de diciembre de 2012

Adiós, Garoña

Ya está.

Lo veíamos venir, eso no podemos negarlo. Desde que la central cumplió sus espléndidos cuarenta años entre protestas, algo nos decía que no podríamos tenerla entre nosotros mucho más.

Pero quien ha practicado su eutanasia no han sido pacíficos verdes con sus enormes pancartas. No. Ha sido un Ministerio de Industria que no sabe lo que tiene entre manos, un Ministerio de Industria que para reducir la tarifa eléctrica aumenta los costes de producción a base de tasazos. Un Ministerio de Industria que no conoce eso que llaman lógica.

Y entre tasazo y tasazo, el Señor Ministro tuitea sobre lo maravilloso que es el turismo en España. Un Ministro que bien haría en volverse a sus islas a tomar el sol, tanto que le gusta el turismo y desprecia una y otra vez el paupérrimo tejido industrial de este país, que tanto esfuerzo ha costado y está costando (ahora más que nunca) construir.

Pero no nos engañemos, lo de Garoña no entiende de colores. Los azules solo han precipitado lo inevitable.
El anterior gobierno, muy rojo él, también contribuyó a la situación actual. La paranoia de los verdes pacíficos ante el flamante cuarenta cumpleaños de la central provocó que, a pesar del informe positivo del Consejo de Seguridad Nuclear, la autorización de explotación durase solo cuatro años, en lugar de los diez que se conceden al resto de centrales. Así, presumiblemente, Garoña hubiera aguantado unos meses más hasta julio.

Nos quedan por delante largos años de desmantelamiento, gestión de residuos y enormes cantidades de dinero, al menos no todos los empleos estarán comprometidos.

Próxima parada: noviembre de 2014 en Trillo. Si llega.

Central Nuclear de Santa María de Garoña
julio de 1972 - diciembre de 2012